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Llamando al hijo Cuando tu me llamas todos los pájaros cantan; la mar y sus caracolas al corazon lo levantan.
Cuando tú me llamas el cuerpo se sobresalta: que es un romero sin sed y no necesita el agua.
Cuando tú no me llamas la vida se me desgana. Se convierte en un erial que ya no produce nada. |
Pero, mi niño es tan débil... |
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Le dije a la luz: no quiero que la noche me persiga. Y la luz me contestó: lo imposible, no lo pidas.
Quiero que todos me vean porque estoy desconsolada; el amor que era mi vida,
la noche siempre lo apaga.
Ya no vendrá por la noche, sólo brillará en el día.
Es un amor tan pequeño que necesita alegría.
Yo puedo quererle siempre,
si hace sol o no lo hace. Pero, es un amor tan débil que necesita alumbrarse. |
El pájaro ruiseñor |
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A mi me canta en el pecho un pajaro ruiseñor.
A ti te canta en la boca el beso que te doy yo.
Cuántas aves se reúnen para hacerse una canción!
Abro la mano y espero
que se pose el ruiseñor.
Cierras la boca y en ella se mete mi corazón.
Cuidalo como yo cuido en mi pecho al ruiseñor. | |
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